La inclusión del delito de ecocidio en el Reglamento Penal español
A finales de 2020, el Congreso de los Diputados consideró incluir el delito de ecocidio tanto en el Reglamento Penal español como en el Estatuto de Romaque rige a la Corte Penal Internacional.
La directora de la campaña Stop Ecocidio en España, Maite Mompo, ha indicado que «es muy importante que España se sume a los países que ya se han comprometido en sacar adelante el crimen de ecocidio en la Corte Penal Internacional, recordando que la creación de este delito será una herramienta vital para acabar con la impunidad de aquellos que realizan actividades ecocidas».
Las entidades y personas responsables de la destrucción a gran escala de los ecosistemas y de los recursos naturales serán colocados en la misma categoría punible que los acusados por los cuatro crímenes contemplados por el Estatuto de Roma: Crímenes Contra la Humanidad, Genocidio, Crímenes de Guerra y los Crímenes de Agresión.
Según la RAE, el ecocidio se trata de la «destrucción del medio ambiente, en especial de forma intencionada»
Esta lucha se inició en 2017 en el Reino Unido por parte de la abogada Polly Higgins y la activista medioambiental, Jojo Mehta, creadoras de STOP Ecocidio Internacional, la campaña global que tiene como objetivo establecer el ecocidio como crimen internacional.
Los vertidos de petróleo, la industria textil, la ganadería intensiva, la minería y los accidentes químicos y radioactivos, tienen consecuencias a largo plazo sobre las personas y los ecosistemas. Es por eso que abogados, investigadores y diplomáticos especialistas en el derecho internacional trabajan para hacer una enmienda al Derecho Penal Internacional para que estos desastres ecológicos dejen de ser legalmente permitidos.
El objetivo de Stop Ecocidio Internacional, es solicitar la modificación del Estatuto de Roma, para añadir un quinto crimen: el ecocidio. Esto conllevaría al enjuiciamiento penal de aquellas personas responsables de financiar, permitir o provocar un grave daño medioambiental.
El borrador del Estatuto de Roma, en su redacción original, incluía los delitos medioambientales como quinto crimen. Contó con el voto favorable de 50 países. Se suprimió por la oposición de países como Francia, Holanda y Estados Unidos
Muchas empresas han decidido continuar con sus actividades industriales dañinas pese a conocer los riesgos que implican, y que a lo largo de los años, han contribuido a la emergencia climática y ecológica que hoy padecemos. La responsabilidad recae sobre las decisiones tomadas en la cima de la industria, de las finanzas y de los gobiernos.
Los desastres ambientales siguen ocurriendo e inciden directamente en los derechos humanos, amenazando la vida, integridad, libertad y seguridad de las personas. Ocurren de forma lenta, gradual y no inmediata, produciendo innumerables daños humanos que se perpetúan y afectan a generaciones actuales y futuras. Pero no son las únicas víctimas, también están los ecosistemas y otras especies, de las cuales muchas ya se han extinguido.
El ecocidio como crimen internacional ha permanecido invisibilizado debido a la oposición de ciertos estados, movidos por intereses económicos y lobbies empresariales. Por eso es necesario una respuesta de la comunidad internacional en defensa del planeta.
Por: E. Mirabal, ESDiario