El impacto de la alimentación sobre el medio ambiente
Por: Cristina Costa
Desde el principio de la expansión del Homo Sapiens alrededor de todo el planeta tierra, su estilo de vida ha generado un impacto negativo sobre el medio ambiente y los ecosistemas que ninguna otra especie había sido capaz de causar anteriormente. A parte de las evidencias científicas que confirman que la especie humana es la causante del actual calentamiento global, también somos responsables de la sexta extinción a gran escala de fauna y flora. De hecho, un estudio reciente publicado por el periódico “Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)” asegura que en los últimos 100 años, 400 especies de vertebrados se han extinguido, cuando hubieran tardado 10.000 años en extinguirse siguiendo el curso natural de la evolución. Además, el ritmo de extinción se ha visto acelerado durante las últimas décadas, y ha empezado a afectar peligrosamente las especies marítimas.
Muchas de las actividades humanas son responsables de esta extinción masiva, pero la alimentación destaca por encima de las otras. Según la Lista Roja de IUCN, de las 28.000 especies evaluadas, la agricultura consta como una amenaza en 24.000 de ellas. Esto se debe a la presión que ejerce sobre la biodiversidad y por la transformación que los ecosistemas sufren al cambiar el uso original del suelo.
De acuerdo con el último Informe Especial sobre el Uso del Suelo hecho por el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), el 37% de la superficie habitable de la tierra está dedicada a la pastura, el 12% es tierra de cultivo, el 22% son zonas forestales productivas y solo el 28% son ecosistemas vírgenes o de mínimo uso humano. En total, la transformación y el uso del suelo, incluyendo la agricultura y la forestación (actividades AFOLU por sus siglas en inglés) es responsable de ¼ de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Por si sola, la agricultura, es responsable de entre un 9 y un 14% de las emisiones, pero esta estimación no incluye las emisiones fuera del campo de cultivo ni tampoco las piscifactorías. Si se analizan las diferentes etapas del sistema alimentario, se obtiene que éste supone entre el 21 y el 37% de las emisiones globales (Tabla 1). El rango es amplio, ya que dependiendo del estudio, se incluyen diferentes variables que llevan a un porcentaje más o menos elevado. No obstante, no se puede omitir el gran impacto que esta actividad genera.
Componente sistema alimentario | Emisiones (Gt de CO2 Equivalentes) | Media del total de emisiones |
Agricultura | 6,2 ± 1,4 | 9-14% |
Uso del suelo | 4,9 ± 2,5 | 5-14% |
Fuera de la granja | 2,6 ± 5,2 | 5-10% |
Total alimentario | 10,8 ± 19,1 | 21-37% |
Tabla 1. Fuentes de emisiones del sistema alimentario. Fuente: Datos IPCC, elaboración propia
Uno de los estudios utilizados por el IPCC es el de J. Poore y T. Nemecek, que en su artículo “Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers” fueron capaces de discernir los diferentes orígenes de los gases de efecto invernadero del sistema alimentario. Para ellos, este sistema genera el 26% de las emisiones globales, dentro de las cuales, la fuente principal es el ganado y las piscifactorías (31% de las emisiones del sistema alimentario), seguido por los cultivos (27%). Cabe decir que, un alto porcentaje de los cultivos van destinados a la alimentación del ganado. De hecho, y de acuerdo con la Organización de la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO), el 77% de las tierras arables se destinan a la pastura y al cultivo de alimentos para el ganado, cuando estas producen solo el 18% de las calorías consumidas por los humanos a nivel global. Por lo tanto, solo el 23% de las tierras arables deben proporcionar el 82% restante de la alimentación. Siguiendo con el estudio de Poore y Nemecek, el resto de emisiones del sistema alimentario proviene del cambio de uso del suelo (24%) y solamente el 18% proviene de la cadena de distribución (4% transformación de alimentos, 6% transporte, 5% empaquetamiento y 3% la venta). Encima, se estima que un tercio de la producción mundial de alimentos se desecha, por lo tanto gran parte de estas emisiones son en vano.
Cabe decir que no todos los alimentos generan la misma cantidad de emisiones equivalentes de CO2. Los alimentos de origen animal, son los más contaminantes por su gran producción de metano, siendo también los que más tierra necesitan para obtener 1 kilo de este alimento. La gráfica siguiente, hecha por “The Noun Project” con datos del estudio mencionado en el párrafo anterior, muestra las emisiones generadas por 1 kilo de 29 tipos diferentes de alimentos, separando por colores la etapa en que se generan estas. En verde, tenemos las emisiones del cambio de uso del suelo, en marrón las emisiones de la granja, en naranja las emisiones de usar estos productos para la alimentación de animales. Siguiendo con las emisiones fuera de la granja, el azul indica la contaminación de procesar los alimentos, el rosa el transporte, el amarillo la venta y el gris el empaquetamiento.

En la mayoría de casos, y sobretodo destaca en el caso de los productos de origen animal, los procesos más contaminantes son los dos primeros, siendo las emisiones generadas en la granja, las que tienen un mayor impacto. La ternera, es la más contaminante de todos, llegando a los 60 kilos equivalentes de CO2 por kilo de este producto.
A pesar de que animales como el cerdo o el pollo pueden ser menos contaminantes por no ser rumiantes, la producción de alimentos vegetales sigue generando entre 10 y 50 veces menos emisiones que los productos de origen animal. Ciertos productos vegetales presentan incluso otra ventaja, son captadores positivos de CO2, como los árboles de cítricos y los de frutos secos.
Se debe mencionar también, que si bien es mejor para los productores y la economía local comprar los alimentos locales y de temporada, esta gráfica nos muestra que, en general, el transporte de alimentos genera una contaminación exigua comparada con las emisiones producidas en la granja. Por lo tanto, el tipo de alimento es mucho más relevante que las últimas etapas de la cadena de suministro en tanto al grado de contaminación.
Sin embargo, con los productos frescos se debe tener en cuenta que se puede dar la situación contraria. Al ser las verduras unos alimentos rápidamente perecederos, si vienen de lejos, suelen transportarse en avión. Este medio de transporte es mucho más contaminante por kilo de producto que otros, como el barco o el tren. Es por este motivo, que en estos casos, consumir localmente o no tiene una gran repercusión.
Así pues, cada vez que vamos al mercado y al “súper”, tenemos en nuestras manos el poder para reducir la huella de carbono de nuestro estilo de vida. En verdad, este estudio concluye que el cambio a nivel mundial a una dieta 100% vegetal podría llegar a reducir las emisiones del sistema alimentario hasta un 49%. Además, se reducirían otros problemas derivados de la ganadería intensiva, como la contaminación de los acuíferos causada por el estiércol. También, se disminuiría notablemente la presión sobre los ecosistemas y las especies en peligro de extinción podrían recuperar su hábitat natural.
Bibliografía:
Hannah Ritchie (2020) Environmental impacts of food production. Published online at OurWorldInData.org. Retrieved from [Online Resource]: https://ourworldindata.org/environmental-impacts-of-food
Intergovernmental Panel of experts on Climate Change (IPCC) 2019, IPCC Special Report on climate change, desertification, land degradation, sustainable land management, food security, and greenhouse gas fluxes in terrestrial ecosystems – Summary for policymakers. Retrieved from https://www.ipcc.ch/srccl/
Intergovernmental Panel of experts on Climate Change (IPCC) 2019, IPCC Special Report on climate change, desertification, land degradation, sustainable land management, food security, and greenhouse gas fluxes in terrestrial ecosystems – Chapter 2: Land-Climate interactions. Retrieved from https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/sites/4/2019/11/05_Chapter-2.pdf
Intergovernmental Panel of experts on Climate Change (IPCC) 2019, IPCC Special Report on climate change, desertification, land degradation, sustainable land management, food security, and greenhouse gas fluxes in terrestrial ecosystems – Chapter 5: Food Security. Retrieved from https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/sites/4/2020/02/SRCCL-Chapter-5.pdf
Ivanna Kottasová (2020) The sixth mass extinction is happening faster than expected. Scientists say it’s our fault. CNN. Retrieved from (Online Resource): https://edition.cnn.com/2020/06/01/world/sixth-mass-extinction-accelerating-intl/index.html
J. Poore and T. Nemecek (2019) Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Retrieved from https://josephpoore.com/Science%20360% 206392%20987% 20-%20Accepted%20Manuscript.pdf