Inditex amplia producción en Asia
Por: Javier Romera MADRID.
Inditex, el gigante textil propietario de Zara, está incrementando el peso de su producción en Asia. De acuerdo con los últimos informes anuales del grupo, la producción en proximidad, que engloba fundamentalmente España, Portugal, Marruecos y Turquía, suponía hace cuatro años el 60% de toda la capacidad productiva y al cierre del último ejercicio, el pasado 31 de enero, ese porcentaje se había reducido al 54%. La producción en el resto del mundo, fundamentalmente en Asia, se ha incrementado en cambio, pasando de suponer el 40% del total hasta el 46%.
El grupo gallego, que tiene proveedores en 44 países de todo el mundo, mantiene pese a todo una apuesta clara por la producción cerca tanto de Arteixo (La Coruña), donde está su sede central, como de los centros logísticos que tiene repartidos por toda España. En este sentido, fuentes de la compañía explican que el hecho de que haya aumentado ligeramente la capacidad productiva en Asia obedece a un tema de especialización.
Según los cambios que se van produciendo en la moda, la compañía requiere prendas de unos u otros proveedores para ajustarse de forma rápida y eso es precisamente lo que ha ocurrido ahora, que ha tenido que recurrir en una mayor medida a fabricantes asiáticos. En el último encuentro con analistas con motivo de la presentación de los resultados del primer trimestre, Pablo Isla, presidente de la empresa, destacó precisamente esta flexibilidad a la hora de realizar las compras a proveedores como una de las claves del modelo de negocio. «Cuando hablamos de la flexibilidad del modelo de negocios, por supuesto, el elemento principal es el abastecimiento, la forma en que compramos, que es extremadamente relevante», afirma.
Flexibilidad
De hecho, gracias a esto, el impacto del cierre de las tiendas fue menor, según explicó Isla, tras el decreto del estado de alarma por parte del Gobierno el pasado 14 de marzo debido a la epidemia causada por el coronavirus. «El inventario al cierre del primer trimestre fue un 10% inferior. Esto significa que reaccionamos a principios de marzo viendo lo que venía, porque no compramos por adelantado toda la temporada, sino que lo hacemos semanalmente», explicó Isla a los analistas.
«A principios de marzo, viendo lo que se avecinaba actuábamos en términos de compras para la temporada. Luego, a comienzos de mayo empezamos a comprar de nuevo de manera significativa para tener el producto disponible para los meses de junio, julio y agosto», explicó Isla.
Para Inditex esa es la razón fundamental por la que la mayor parte de su producción, independientemente de las oscilaciones temporales que pueda haber, tiene que ser producida en fábricas cercanas. «Este modelo de producción en proximidad, junto con la realización de tiradas cortas y nuestra experiencia como fabricantes desde el origen de nuestra actividad (contamos con 11 fábricas propias), nos aportan la flexibilidad necesaria para poder ofrecer una amplia variedad de productos y cumplir con las expectativas de nuestros clientes», dice el grupo.
Controles y auditorías
Independientemente de la zona del mundo en la que estén instalados, la compañía destaca, además, que «todos los proveedores y fabricantes a través de los cuales nos abastecemos en el mundo deben cumplir con nuestro Código de Conducta, que exige los estándares más elevados en materia de protección de los derechos humanos y promoción de la normativa laboral internacional, salud y seguridad del producto, y aspectos medioambientales».
En un contexto marcado por la pandemia, la firma gallega sufrió en el primer trimestre las primeras pérdidas de toda su historia, con un resultado negativo de 409 millones de euros (desde el 1 de febrero al 30 de abril), frente al beneficio de 734 millones de un año antes. Tras ello, decidió aplazar un año el pago de su dividendo extraordinario (0,78 euros por acción).
Artículo publicado en El Economista